martes, 22 de diciembre de 2009

EL INDIO de pluma floja



Estamos recopilando cuentos flojos y divertidos que conviertan nuestra carga diaria en pequeñas alegrías. 

Copiamos este que nos han enviado de un Indio desplumado que si fuese por este administrador no recibiría ni siquiera un sólo voto pero, bueno, ahí queda

Érase una vez un indio muy malo ¡malísimo! que quería imponer sus ideas al resto de su tribu y a las gentes pacificas de los Valles.
Era un Indio con mucha pluma, es decir, con mucha apariencia, él, "el indio" quería por sus "yeguas" que la tribu fuese tratada cual piara jamonera,  él era el dueño y señor y como tal creíase con derecho de pernada o algo parecido. Creyó tener la bendición del Gran Mali Vuh, santo y potente dios donde los hubiese.
Estaba tan, tan, tan convencido que el Gran Mali Vuh le protegía que, empezó a mover sus peones para que aquella tribu inculta (eso creía) y blanda fuese no sólo buena, buena, buena sino plebeya y rendida. Creíase ganar así por su gestión el gran amor de su Señor.



Pero, ¡Malditas puñetas! otra tribu mas seria y digna, con menos plumas pero mas lista, concentró sus fuerzas energéticas a base de red Bull y similares y con mas paciencia que el santo Nú, reunió a todas las fuerzas de la naturaleza para que, aquel indio plumero, fuese alejado de aquella tribu indómita. Mucha oración hizo falta, porque efectivamente el buen Dios está en los cielos

Se consiguió finalmente, más no sin rencor por el plumero que maldiciendo al gran dios (icono de madera) prometió que como almorrana sanguinaria que era conseguiría alguna vez, por poco tiempo, castigar a aquella su tribu noble y digna.

No sirvió de nada, escupía al cielo, el indio, intentando mandar un mensaje a aquel gran poder siempre conectado pero, su esputo gargajo, cargado de mal mocasín playero, recaía en su cara pálida una y mil veces, mientras maldecía al gran Mlibú otrora su dueño y señor, que le había abandonado a su suerte.
El logro conseguido tras tanta oración y genuflexión hasta la corva, fue que sería requerido por tiempo finito en aquel que fue (creyó) ser su reino como mal menor por sus eternos baboseos.

Mal día tuvo el pobre indio, querido y amado, eso creía por su bella cabellera, pero expuesto al bulbo por su entupida dejadez humana ¡no se sentía amado! rayos le parta

Mali Vuh te acompañe pequeño reyezuelo, tus plumas no sirven ni para limpiar el culo del gran bisonte negro

Relato enviado por el espíritu de Mao y la Princesa de energía cósmica

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